Tras el rápido crecimiento de las ciudades y la población, las problemáticas de movilidad, seguridad y calidad de vida han aumentado exponencialmente en los últimos años. Problemáticas que, si bien es cierto los gobiernos locales ya están intentando contrarrestar, pueden solucionarse a través de lo que hoy conocemos como ciudades inteligentes.
El concepto, que surgió en los 90, hace referencia a la utilización de diversas tecnologías de la información (TIC) que permiten la automatización y agilización de procesos cotidianos, así como la interconexión de dispositivos móviles que facilitan el flujo inmediato de la información. Factores que permitirán integrar en las ciudades cámaras de seguridad, sensores de actividad sísmica o catástrofes naturales, interconectar el sistema de movilidad para encontrar oportunidades de mejora, entre otras.
Sin embargo, para que esto sea una realidad, la infraestructura de red debe potenciarse. Algo que en Colombia todavía tiene un largo camino por recorrer, si nos remitimos a las cifras. Datos otorgados por la CRC revelan que, para el año pasado, la tecnología 4G alcanzó los 25 millones de accesos. Lo que representa el 76,1% total de las conexiones a internet móvil. En este punto es preciso resaltar que es a través del internet móvil que el intercambio de data puede darse entre dispositivos fuera de los hogares, empresas o instituciones educativas.
Razón por la que, en el marco de Andinalink, José Abraham Méndez, country manager de Plintron para Colombia, destaca que “una de las soluciones que debemos ir contemplando desde las empresas privadas y las entidades gubernamentales es la creación de zonas públicas de wifi, las cuales pueden hacerse a través de una OMV (Operador Móvil Virtual), para que quienes no tienen acceso a los datos móviles sigan accediendo a las diferentes herramientas sin desconectarse de nuestro ecosistema. Que es, al final, el propósito de una ciudad inteligente”.
A esto, también se le suma la necesidad de seguir educando a la gente en temas digitales, dado que, pese al desarrollo de diferentes herramientas, aún existen porcentajes de la población que, por falta de conocimiento, no podrá acceder a estas. “La cultura digital es parte esencial de las ciudades inteligentes y para que esta cultura se transforme y esté abierta a lo que se viene, debemos unirnos las entidades públicas y privadas. No es un secreto que las empresas de tecnología tienen todo el conocimiento sobre las plataformas, por lo que unirnos con ellas para capacitar a los colombianos será imprescindible”, señala Nicolás Silva Cortes, comisionado de la CRC.
Por último, tal y como explica Cortés, “en este proceso de construcción de las ciudades inteligentes, no podemos dejar de lado el índice de favorabilidad. Es decir, la capacidad real que tienen las ciudades para convertirse en una smart city. Allí entran a evaluarse factores como la cantidad de fuerza laboral capacitada para el desarrollo de estas tecnologías, la seguridad, la rapidez que tienen los entes de control en la aceptación de nuevos proyectos y la conectividad”.